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viernes, 22 de septiembre de 2023

Virgen del Carmen

 La Virgen del Carmen ...y el escapulario

El escapulario no salva por sí solo como si fuera algo mágico o de buena suerte, ni es una excusa para evadir las exigencias de la vida cristiana.

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Por: Archidiócesis de Madrid | Fuente: Corazones.org

Cada 16 de Julio recordaremos a Nuestra Señora del Carmen. Reflexionemos hoy un poco sobre esta advocación y las grandes promesas de su escapulario.

Los carmelitas tienen, entre otros, el mérito de haber llevado esta advocación mariana a todos los estratos del pueblo cristiano.

En el siglo XII algunos eremitas se retiraron al Monte Carmelo, con San Simón Stock.

La Virgen Santísima prometió a este santo un auxilio especial en la hora de la muerte a los miembros de la orden carmelitana y a cuantos participaran de su patrocinio llevando su santo escapulario.

Los Carmelitas han sido conocidos por su profunda devoción a la Santísima Virgen. Ellos interpretaron la nube de la visión de Elías (1 Reyes 18, 44) como un símbolo de la Virgen María Inmaculada. Ya en el siglo XIII, cinco siglos antes de la proclamación del dogma, el misal Carmelita contenía una Misa para la Inmaculada Concepción.

La estrella del Mar y los Carmelitas
Los marineros, antes de la edad de la electrónica, dependían de las estrellas para marcar su rumbo en el inmenso océano. De aquí la analogía con La Virgen María quien como, estrella del mar, nos guía por las aguas difíciles de la vida hacia el puerto seguro que es Cristo.

Por la invasión de los sarracenos, los Carmelitas se vieron obligados a abandonar el Monte Carmelo. Una antigua tradición nos dice que antes de partir se les apareció la Virgen mientras cantaban el Salve Regina y ella prometió ser para ellos su Estrella del Mar. Por ese bello nombre conocían también a la Virgen porque el Monte Carmelo se alza como una estrella junto al mar.

Los Carmelitas y la Virgen del Carmen se difunden por Europa
La Virgen Inmaculada, Estrella del Mar, es la Virgen del Carmen, es decir a la que desde tiempos remotos allí se venera. Ella acompañó a los Carmelitas a medida que la orden se propagó por el mundo. A los Carmelitas se les conoce por su devoción a la Madre de Dios, ya que en ella ven el cumplimiento del ideal de Elías. Incluso se le llamó: "Los hermanos de Nuestra Señora del Monte Carmelo". En su profesión religiosa se consagraban a Dios y a María, y tomaban el hábito en honor ella, como un recordatorio de que sus vidas le pertenecían a ella, y por ella, a Cristo.

¿Qué es el Escapulario carmelita?
Los seres humanos nos comunicamos por símbolos. Así como tenemos banderas, escudos y también uniformes que nos identifican. Las comunidades religiosas llevan su hábito como signo de su consagración a Dios.

Los laicos no pueden llevar hábito, pero los que desean asociarse a los religiosos en su búsqueda de la santidad pueden usar el escapulario. La Virgen dio a los Carmelitas el escapulario como un hábito miniatura que todos los devotos pueden llevar para significar su consagración a ella. Consiste en un cordón que se lleva al cuello con dos piezas pequeñas de tela color café, una sobre el pecho y la otra sobre la espalda. Se usa bajo la ropa. Junto con el rosario y la medalla milagrosa, el escapulario es uno de los mas importantes sacramentales marianos.

Dice San Alfonso Ligorio, doctor de la Iglesia: "Así como los hombres se enorgullecen de que otros usen su uniforme, así Nuestra Señora Madre María está satisfecha cuando sus servidores usan su escapulario como prueba de que se han dedicado a su servicio, y son miembros de la familia de la Madre de Dios."

El escapulario es un sacramental
Un sacramental es un objeto religioso que la Iglesia haya aprobado como signo que nos ayuda a vivir santamente y a aumentar nuestra devoción. Los sacramentales deben mover nuestros corazones a renunciar a todo pecado, incluso al venial.

El escapulario, al ser un sacramental, no nos comunica gracias como hacen los sacramentos. Las gracias nos vienen por nuestra respuesta de amor a Dios y de verdadera contrición del pecado, lo cual el sacramental debe motivar.

¿Cómo surgió el escapulario?
La palabra escapulario viene del Latín "scapulae" que significa "hombros". Originalmente era un vestido superpuesto que cae de los hombros y lo llevaban los monjes durante su trabajo. Con el tiempo se le dio el sentido de ser la cruz de cada día que, como discípulos de Cristo llevamos sobre nuestros hombros. Para los Carmelitas particularmente, pasó a expresar la dedicación especial a la Virgen Santísima y el deseo de imitar su vida de entrega a Cristo y a los demás.

La Virgen María entrega el escapulario el 16 de julio de 1251
En el año 1246 nombraron a San Simón Stock general de la Orden Carmelita. Este comprendió que, sin una intervención de la Virgen, a la orden le quedaba poco tiempo. Simón recurrió a María poniendo la orden bajo su amparo, ya que ellos le pertenecían. En su oración la llamó "La flor del Carmelo" y la "Estrella del Mar" y le suplicó la protección para toda la comunidad.

En respuesta a esta ferviente oración, el 16 de julio de 1251 se le aparece la Virgen a San Simón Stock y le da el escapulario para la orden con la siguiente promesa:

"Este debe ser un signo y privilegio para ti y para todos los Carmelitas: quien muera usando el escapulario no sufrirá el fuego eterno"

Aunque el escapulario fue dado a los Carmelitas, muchos laicos con el tiempo fueron sintiendo el llamado de vivir una vida mas comprometida con la espiritualidad carmelita y así se comenzó la cofradía del escapulario, donde se agregaban muchos laicos por medio de la devoción a la Virgen y al uso del escapulario. La Iglesia ha extendido el privilegio del escapulario a los laicos.

Explicación de la Promesa
Muchos Papas, santos como San Alfonso Ligorio, San Juan Bosco, San Claudio de la Colombiere, y San Pedro Poveda, tenían una especial devoción a la Virgen del Carmen y llevaban el escapulario. Santos y teólogos católicos han explicado que, según esta promesa, quien tenga la devoción al escapulario y lo use, recibirá de María Santísima a la hora de la muerte, la gracia de la perseverancia en el estado de gracia (sin pecado mortal) o la gracia de la contrición (arrepentimiento). Por parte del devoto, el escapulario es una señal de su compromiso a vivir la vida cristiana siguiendo el ejemplo perfecto de la Virgen Santísima.

El escapulario tiene 3 significados

1. El amor y la protección maternal de María: El signo es una tela o manto pequeño. Vemos como María cuando nace Jesús lo envuelve en un manto. La Madre siempre trata de cobijar a sus hijos.

Envolver en su manto es una señal muy maternal de protección y cuidado. Señal de que nos envuelve en su amor maternal. Nos hace suyos. Nos cubre de la ignominia de nuestra desnudes espiritual.

Vemos en la Biblia:

-Dios cubrió con un manto a Adán y Eva después de que pecaron. (manto - signo de perdón)

-Jonás le dio su manto a David: símbolo de amistad -Elías dio su manto a Eliseo y lo llenó de su espíritu en su partida.

-S. Pablo: revístanse de Cristo: vestirnos con el manto de sus virtudes.

 

2. Pertenencia a María: Llevamos una marca que nos distingue como sus hijos escogidos. El escapulario se convierte en el símbolo de nuestra consagración a María.

Consagración: ´pertenecer a María´ es reconocer su misión maternal sobre nosotros y entregarnos a ella para dejarnos guiar, enseñar, moldear por Ella y en su corazón. Así podremos ser usados por Ella para la extensión del Reino de su Hijo.

-En 1950 Papa Pío XII escribió acerca del escapulario: "que el escapulario sea tu signo de consagración al Inmaculado Corazón de María, lo cual estamos particularmente necesitando en estos tiempos tan peligrosos". Quien usa el escapulario debe ser consciente de su consagración a Dios y a la Virgen y ser consecuente en sus pensamientos, palabras y obras. Dice Jesús: "Cargad con mi yugo y aprended de mi, que soy manso y humilde de corazón, y encontraréis descanso. Porque mi yugo es suave y mi carga ligera". (Mt 11:29). El escapulario simboliza ese yugo que Jesús nos invita a cargar, pero que María nos ayuda a llevar. El escapulario es un signo de nuestra identidad como cristianos, vinculados íntimamente a la Virgen María con el propósito de vivir plenamente nuestro bautismo. Representa nuestra decisión de seguir a Jesús por María en el espíritu de los religiosos pero adaptado a la propia vocación, lo que exige que seamos pobres, castos y obedientes por amor.

Al usar el escapulario constantemente estamos haciendo silenciosa petición de asistencia a la Madre, y ella nos enseña e intercede para conseguirnos las gracias para vivir como ella, abiertos de corazón al Señor, escuchando su Palabra, orando, descubriendo a Dios en la vida diaria y cercanos a las necesidades de nuestros hermanos, y nos está recordando que nuestra meta es el cielo y que todo lo de este mundo pasa. En la tentación, tomamos el escapulario en nuestras manos e invocamos la asistencia de la Madre. Kilian Lynch, antiguo general de la Orden dice: "No lleguemos a la conclusión de que el escapulario está dotado de alguna clase de poder sobrenatural que nos salvará a pesar a pesar de lo que hagamos o de cuanto pequemos...Una voluntad pecadora y perversa puede derrotar la omnipotencia suplicante de la Madre de la Misericordia."
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3. El suave yugo de Cristo: "Carguen sobre ustedes mi yugo y aprendan de mi, porque soy paciente y humilde de corazón, y así encontrarán alivio. Porque mi yugo es suave y mi carga liviana". (Mt 11:29-30)


-El escapulario simboliza ese yugo que Jesús nos invita a cargar pero que María nos ayuda a llevar.

Quién lleva el escapulario debe identificarse como católico sin temor a los rechazos y dificultades que ese yugo le traiga.

Se debe vivir lo que significa
El escapulario es un signo de nuestra identidad como católicos, vinculados de íntimamente a la Virgen María con el propósito de vivir plenamente según nuestro bautismo. Representa nuestra decisión de seguir a Jesús por María en el espíritu de los religiosos pero adaptado a la propia vocación. Esto requiere que seamos pobres (un estilo de vida sencillo sin apegos materiales), castos y obedientes por amor a Dios.

En momentos de tentación, tomamos el escapulario en nuestras manos e invocamos la asistencia de la Madre, resueltos a ser fieles al Señor.

Ella nos dirige hacia el Sagrado Corazón de su Hijo Divino y el demonio es forzado a retroceder vencido.

Imposición del Escapulario:
El primer escapulario debe ser bendecido por un sacerdote e impuesto por él mientras dice:

"Recibe este escapulario bendito y pide a la Virgen Santísima que por sus méritos, lo lleves sin ninguna mancha de pecado y que te proteja de todo mal y te lleve a la vida eterna"

¿Puede darse el escapulario a quien no es católico?
Sí. El escapulario es signo de la Maternidad Espiritual de María y debemos recordar que ella es madre de todos. Muchos milagros de conversión se han realizado en favor de buenos no-católicos que se han decidido a practicar la devoción al escapulario.

Conversiones
Un anciano fue llevado al Hospital de San Simón Stock en la ciudad de Nueva York, inconsciente y moribundo. La enfermera al ver al paciente con el Escapulario Carmelita llamó a un sacerdote. Mientras rezada las oraciones por el moribundo, éste recobró el conocimiento y dijo: "Padre, yo no soy católico". "¿Entonces, ¿por qué está usando el Escapulario Carmelita?", preguntó el sacerdote. "He prometido a mis amigos usarlo", explicó el paciente. "Además rezo un Ave María diariamente." "Usted se está muriendo" replicó el sacerdote. "¿Quiere hacerse católico?" ´Toda mi vida lo he deseado", contestó el moribundo. Fue bautizado, recibió la Unción de los Enfermos antes de fallecer en paz.

Alerta contra abusos
El escapulario NO salva por sí solo como si fuera algo mágico o de buena suerte, ni es una excusa para evadir las exigencias de la vida cristiana. Mons. Kilian Lynch, antiguo general de la Orden Carmelita nos dice: "No lleguemos a la conclusión que el escapulario está dotado de alguna clase de poder sobrenatural que nos salvará a pesar a pesar de lo que hagamos o de cuanto pequemos... Una voluntad pecadora y perversa puede derrotar la ´omnipotencia suplicante´ de la madre de la misericordia."

Los Papas y Santos han muchas veces alertado acerca de no abusar de la promesa de nuestra madre como si nos pudiéramos salvar llevando el escapulario sin conversión. El Papa Pío XI nos advierte: "aunque es cierto que la Virgen María ama de manera especial a quienes son devotos de ella, aquellos que desean tenerla como auxilio a la hora de la muerte, deben en vida ganarse dicho privilegio con una vida de rechazo al pecado y viviendo para darle honor."

Vivir en pecado y usar el escapulario como ancla de salvación es cometer pecado de presunción ya que la fe y la fidelidad a los mandamientos es necesaria para todos los que buscan el amor y la protección de Nuestra Señora.

San Claude de la Colombiere advierte: "Tu preguntas: ¿y si yo quisiera morir con mis pecados?, yo te respondo, entonces morirás en pecado, pero no morirás con tu escapulario."

Oración a la Virgen del Carmen
Súplica para tiempos difíciles

"Tengo mil dificultades:
ayúdame.
De los enemigos del alma:
sálvame.
En mis desaciertos:
ilumíname.
En mis dudas y penas:
confórtame.
En mis enfermedades:
fortaléceme.
Cuando me desprecien:
anímame.
En las tentaciones:
defiéndeme.
En horas difíciles:
consuélame.
Con tu corazón maternal:
ámame.
Con tu inmenso poder:
protégeme.
Y en tus brazos al expirar:
recíbeme.
Virgen del Carmen, ruega por nosotros.
Amén."

miércoles, 25 de marzo de 2020

Escapulario de la virgen de Monte Carmelo

Quienes reciben la imposición de este Escapulario y lo visten habitualmente, necesitan saber las razones que la iglesia ha tenido para autorizarlo y recomendarlo, bendiciendo e indulgenciando a sus devotos.


De este modo lograrán que les sirva de medio en su perfeccionamiento en la fe de Cristo y alcanzarán con más facilidad la saludable ayuda de la Virgen Santísima, Madre espiritual y medianera de todas las gracias, a la que pretenden honrar. Ella, a los que vivan esta común consagración carmelitana, significada en el Escapulario, los conducirá a una más plena participación de los frutos del Misterio Pascual.

El Escapulario es un símbolo de la protección de la Madre de Dios a sus devotos y un signo de su consagración a María. Nos lo dio La Santísima Virgen. Se lo entregó al General de la Orden del Carmen; San Simón Stock, según la tradición, el 16 de julio de 1251, con estas palabras: «Toma este hábito, el que muera con él no padecerá el fuego eterno».

Alude a este hecho el Papa Pío XII cuando dice: «No se trata de un asunto de poca importancia, sino de la consecución de la vida eterna en virtud de la promesa hecha, según la tradición, por la Santísima Virgen».

Privilegio sabatino

También reconocida por Pío XII, existe la tradición de que la Virgen, a los que mueran con el Santo Escapulario y expían en el Purgatorio sus culpas, con su intercesión hará que alcancen la patria celestial lo antes posible, o, a más tardar, el sábado siguiente a su muerte.

Resumen de las promesas

1. Morir en gracia de Dios.

2. Salir del Purgatorio lo antes posible.

Interpretación

Alcanzar estas promesas supone siempre el esfuerzo personal colaborando con la gracia de Dios. Nos lo enseña con toda claridad el Concilio Vaticano II: «La verdadera devoción... procede de la fe auténtica, que nos induce a reconocer la excelencia de la Madre de Dios, que nos impulsa a un amor filial hacia nuestra Madre y a la imitación de sus virtudes».

Ayuda en la vida

Tanto en los peligros espirituales como en los corporales. Hay muchos hechos que lo atestiguan.

Vinculaciones

El que recibe el Escapulario es admitido en la familia de la Madre de Dios y de la Orden Carmelitana.

Por ello participa de los privilegios, gracias e indulgencias que los Sumos Pontífices han concedido a la Orden del Carmen.

Se beneficia, además, de los méritos, de las penitencias y de las oraciones que se hacen en todo el Carmelo.

Objetivo

Ir más fácilmente a Jesús, según la enseñanza del Concilio Vaticano II: «Los oficios y los privilegios de la Santísima Virgen,siempre tienen por fin a Cristo, origen de toda verdad, santidad y piedad».

Por eso afirmó Pío XII que «nadie ignora, ciertamente, de cuánta eficacia sea para avivar la fe católica y reformar las costumbres, el amor a la Santísima Virgen, Madre de Dios, ejercitado principalmente mediante aquellas manifestaciones de devoción, que contribuyen en modo particular a iluminar las mentes con celestial doctrina y a excitar las voluntades a la práctica de la vida cristiana. Entre éstas debe colocarse, ante todo, la devoción del Escapulario de los carmelitas».

 

Es una devoción y una forma de culto

Prueban lo primero, incluyéndolo entre las prácticas y ejercicios de piedad marianas, recomendados por el Concilio Vaticano II, las palabras de Pablo VI: «Creemos que entre estas formas de piedad mariana deben contarse expresamente el Rosario y el uso devoto del ESCAPULARIO DEL CARMEN». Y añade tomando las afirmaciones de Pío XII: «Esta última práctica, por su misma sencillez y adaptación a cualquier mentalidad, ha conseguido amplia difusión entre los fieles con inmenso fruto espiritual».

 

También destaca entre las más antiguas formas de culto, especial y necesario a María Santísima, que cooperan a que «al ser honrada la Madre, sea mejor conocido, amado, glorificado el Hijo, y que, a la vez, sean mejor cumplidos sus mandarniento» (L.G. 66). La celebración de la Virgen del Carmen, 16 de julio, está entre las fiestas «que hoy, por la difusión alcanzada, pueden considerarse verdaderamente eclesiales» (Marialis Cultus 8).

«Este culto se convierte en camino a Cristo, fuente y centro de la comunión eclesiástica» (M. C. 32).

 

Espiritualidad

Quien entra en comunión con la familia consagrada al amor, a la veneración y al culto a María, queda señalado con un peculiar carácter mariano de espíritu de oración y contemplación, de los diversos modos de apostolado y de la vida misma de abnegación. Asume también un compromiso de imitar a María.

Este don de la Virgen es signo de las muchas gracias que puede ella conceder, como consecuencia de su privilegiada e íntima participación en la historia de la salvación.

Entraña, pues, la experiencia de unas vivencias marianas y espirituales. Ya que «ante todo, la Virgen María ha sido propuesta siempre por la Iglesia a la imitación de los fieles... porque en sus condiciones concretas de vida Ella se adhirió total y responsablemente a la voluntad de Dios» (M. C. 35).

Compromiso

Vida mariana. Es decir: Vivir en obsequio de Jesucristo y de su Madre. Nuestra vida ha de estar informada por la luz y el amor de María, unido estrechamente al de Cristo. El fruto del Escapulario consistirá en que quien lo lleve se esfuerce eficazmente en la imitación de las virtudes de la Santísima Virgen.

Representa la participación en el carisma de la Orden del Carmen, siendo señal como de un contrato entre la Virgen y nosotros, por el cual Ella nos protege y nosotros le estamos consagrados.

 


Está autorizado su uso con tal de que por un lado lleve la imagen del Sagrado Corazón de Jesús y por el otro una de la Santísima Virgen: La imposición debe realizarse con Escapulario de tela. A pesar de ello, el mismo San Pío X, al conceder esta dispensa, recomendó el uso del Escapulario de tela. Este es más simbólico, por ser una expresión abreviada del hábito del Carmen,

 

Indulgencias

Se puede ganar indulgencia plenaria:

1.- El día que se inscribe en la Cofradía.

2.- En la Solemnidad de la Sma. Virgen del Carmen, el 16 de julio.

3.- En la festividad de San Simón Stock, el 16 de mayo.

4.- En la festividad de San Elías, Profeta, el 20 de julio.

5.- En la festividad de Santa Teresa de Jesús, el 15 de octubre.

6.- En la festividad de San Juan de la Cruz, el 14 de diciembre.

7.- En la festividad de Sta. Teresita del Niño Jesús, el 1 de octubre.

8.- En la festividad de Todos los Santos de la Orden, el 14 de noviembre.

Los signos en la vida humana

Vivimos en un mundo hecho de realidades materiales llenas de simbolismo: la luz, el fuego, el agua...

Existen también, en la vida de cada día experiencias de relación entre los seres humanos, que expresan y simbolizan cosas más profundas, como el compartir la comida (signo de amistad), participar en una manifestación masiva (signo de solidaridad), celebrar juntos un aniversario nacional (símbolo de identidad).

Tenemos necesidad de signos o símbolos que nos ayuden a comprender y vivir hechos de hoy o de ayer, y nos den conciencia de que somos como personas y como grupos.

Los signos en la vida Cristiana

Jesús es el gran don y signo del amor del Padre. Él estableció la Iglesia como signo e instrumento de su amor. En la vida cristiana hay también signos. Jesús los utilizó: el pan, el vino, el agua, para hacernos comprender realidades superiores que no vemos ni tocamos.

En la celebración de la Eucaristía y de los Sacramentos (Bautismo, Confirmación, Reconciliación, Matrimonio, Orden Sacerdotal, Unción de los enfermos) los símbolos (agua, aceite, imposición de las manos, anillos) expresan su sentido y nos introducen en una comunicación con Dios, presente a través de ellos.

Además de los signos litúrgicos, existen en la Iglesia otros, ligados a un acontecimiento, a una tradición, a una persona. Uno de ellos es el Escapulario del Carmen.

 

El Escapulario. Un signo Mariano

Uno de los signos de la tradición de la Iglesia, desde hace siete siglos, es el Escapulario de la Virgen del Carmen. Es un signo aprobado por la Iglesia y aceptado por la Orden del Carmen como manifestación externa de amor a María, de confianza filial en ella y como compromiso de imitar su vida.

La palabra "escapulario" indica un vestido superpuesto, que llevaban los monjes durante el trabajo manual. Con el tiempo se le fue dando un sentido simbólico: el de llevar la cruz de cada día, como discípulos y seguidores de Jesús.

En algunas Órdenes religiosas, como en el Carmelo, el Escapulario se convirtió también en signo de su manera de ser y de vivir.

El Escapulario pasó a simbolizar la dedicación especíal de los carmelitas a María, la Madre del Señor, y a expresar la confianza en su protección maternal; el deseo de imitar su vida de entrega a Cristo y a los demás. Se transformó en un signo mariano.

 

De las Órdenes Religiosas al pueblo de Dios

En la Edad Media, muchos cristianos quisieron asociarse a las Órdenes religiosas fundadas entonces: Franciscanos, Dominicos, Agustinos, Carmelitas. Surgió un laicado asociado a ellas, por medio de Cofradías o Hermandades. Todas las Ordenes religiosas quisieron dar a los laicos un signo de su afiliación y participación en su espíritu y en su apostolado. Ese signo era una parte de su hábito: la capa, el cordón, el escapulario.

Entre los carmelitas se llegó a establecer el escapulario reducido en tamaño, como la señal de pertenencia a la Orden y la expresión de su espiritualidad.

 

El valor y el sentido del Escapulario

El Escapulario hunde sus raíces en la tradición de la Orden, que lo ha interpretado como signo de protección materna de María. Tiene, en sí mismo, a partir de esa experiencia plurisecular, un sentido espiritual aprobado por la Iglesia.

Representa el compromiso de seguir a Jesús, como María, el modelo perfecto de todo discípulo de Cristo. Este compromiso tiene su origen en el bautismo que nos transforma en hijos de Dios.

La Virgen nos enseña a:

Vivir abiertos a Dios y a su voluntad, manifestada en los acontecimientos de la vida.
Escuchar la Palabra de Dios en la Biblia y en la vida, a creer en ella y a poner en práctica sus exigencias
Orar en todo momento, descubriendo a Dios presente en todas las circunstancias
Vivir cercanos a las necesidades de nuestros hermanos y a solidarizarnos con ellos.
Introduce en la fraternidad del Carmelo, comunidad de religiosos y religiosas, presentes en la Iglesia desde hace más de ocho siglos, y compromete a vivir el ideal de esta familia religiosa: la amistad íntima con Dios en la oración.

Coloca delante el ejemplo de los santos y santas del Carmelo, con los que se establece una relación familiar de hermanos y hermanas.

Expresa la fe en el encuentro con Dios en la vida eterna, mediante la ayuda de la intercesión y protección de María.

 

Cómo solicitar un escapulario

Para solicitar un escapulario, debe dirigirse al monasterio de religiosos carmelitas más cercano a su ubicación. En caso de que no tenga ninguno cerca, póngase en contacto con el sacerdote de su parroquia.

Normas prácticas

El escapulario es impuesto por un sacerdote

Puede ser sustituido por una medalla que tenga por una parte la imagen del Sgdo. Corazón y por otra la de la Virgen

El Escapulario exige un compromiso cristiano auténtico: vivir de acuerdo con las enseñanzas del evangelio, recibir los sacramentos y profesar una devoción especial a la Sma. Virgen que se expresa, al menos, con la recitación cotidiana de tres avemarías.

 

Fórmula Breve para la imposición del escapulario

Recibe este Escapulario, signo de una relación especial con María, la Madre de Jesús, a quien te comprometes a imitar. Que este Escapulario te recuerde tu dignidad de cristiano, tu dedicación al servicio de los demás y a la imitación de María.

Llévalo como señal de su protección y como signo de tu pertenencia a la familia del Carmelo, dispuesto a cumplir la voluntad de Dios y a empeñarte en el trabajo por la construcción de un mundo que responda a su plan de fraternidad, justicia y paz.

 

El Escapulario del Carmen

NO ES:

Un signo protector mágico

Una garantía automática de salvación.

Una dispensa de vivir las exigencias de la vida cristiana.

ES UN SIGNO:

Aprobado por la Iglesia desde hace siete siglos.

Que representa el compromiso de seguir a Jesús como María:

Abiertos a Dios y a su voluntad.
Guiados por la fe, la esperanza y el amor.
Cercanos a las necesidades de los demás.
Orando en todo momento y descubriendo a Dios presente en todas las circunstancias.
Que introduce en la familia del Carmelo

Que aumenta la esperanza del encuentro con Dios en la vida eterna con la ayuda de la protección e intercesión de María.